Nacho, mi tercera musa ( para más adelante)

Tú, mi ambrosía mental, erótica, felina, seductor e ilógico. El líquido amniótico intelectual con el que me proteges me ahogas, me envenenas , cálido, suave, onírico, me meces dulcemente en tus párpados soñadores. Tus labios, mordisquitos, manchandos con el aliento de palabras sabias, moteados con tu saliva almibareña, la inercia de nuestras tonterías convertidas en mariposas con auras de colores, sombras brillantes, revoloteando por nuestra burbuja. las lágrimas, caen bajo mi piel , invisibles, solo tú ves, saboreas, disfrutas. Te relames. Los sentimientos y reacciones químicas tan opuestas, innombrables, fuertes, que me haces sentir, que detecto en los matices, el sabor de tu sudor. Ilegible para quien no sea uno de nosotros. Despertarme contigo al otro lado de la almohada. La fugaz sonrisa de " jamás me conocerás", que despierta mi lado salvaje y más vulnerable ante ti. Tu pelo y tus ojos, del color de la miel, me aguijonean el alma y me la cosen , juegas a las barbies. Las semillas nacaradas, las perlas que guardas debajo de tu esponjosa lengua , que navegan y bucean hacia mí cada vez que fantaseo con besarte , y lanzo un beso al aire, que el viento te lleva al instante, porque no respiras si no es mi olor el que trae el mistral . Mi respiración lenta, pausada, entrecortada y difícil después , inmediatamente después, de que me abras el mundo . Mi más sexy maestro. Y luego, tiemblo, esperando el examen que espero , el momento inevitable que estudio, evito desde que me clavaste la mirada por primera vez .
Y desde entonces bailamos, jugamos y ardemos, fluimos, nadamos desnudos, materia, energía, invitaciones, jadeo , respiro, trago, y nado en tu oceáno, inmenso y profundo, vasto, bajo la luz de la luna, brillante metálico. Pienso, luego, te quiero.